En las últimas tres semanas, Pekín ha fortalecido sus lazos con el presidente ruso Vladimir Putin y ha alcanzado un acuerdo con la administración Biden, restableciendo antiguos canales de seguridad con Washington que llevaban mucho tiempo inactivos.
El gobierno de Xi Jinping ha buscado estrechar vínculos con líderes de países en desarrollo para destacar la nueva Ruta de la Seda, enfocada en proyectos de energía renovable. Además, se han firmado acuerdos militares en un foro que contó con la participación de ministros de Defensa y mandos militares. Sin duda, uno de los logros más destacados ha sido la mejora de la relación con Australia.
Tras visitar una feria de importaciones en Shanghai, el primer ministro australiano, Anthony Albanese, se reunió en Pekín con su homólogo chino, marcando el primer encuentro de un líder australiano en China en siete años. Albanese destacó el progreso positivo en la relación, mientras Xi Jinping afirmó que una sólida relación entre China y Australia sería beneficiosa en el futuro.
Las tensiones entre ambos países habían llegado a su punto más bajo en décadas, especialmente durante la pandemia, cuando el ex primer ministro Scott Morrison se convirtió en un crítico destacado del régimen chino. Sin embargo, Pekín ha respondido de manera positiva a los esfuerzos de reconciliación de Australia, incluso anunciando la revisión de los aranceles sobre el vino australiano, uno de los sectores afectados por la guerra comercial entre ambas naciones.
Albanese logró compromisos durante su visita, incluyendo la revisión de aranceles y la liberación de la periodista australiana Cheng Lei, detenida por acusaciones de espionaje. Aunque algunos medios elogian la habilidad de Albanese para mejorar las relaciones con el principal socio comercial de Australia, se destaca que esto se logra sin hacer concesiones significativas. Este acercamiento se produce en un contexto en el que Australia mantiene su alianza con Estados Unidos a través del acuerdo de seguridad Aukus, considerado por muchos como una medida para contrarrestar una posible expansión militar china en el Pacífico.
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